En el centro del patio de mi casa en Tucumán crece un pequeño árbol de una especie exótica de Brasil.Fue trasplantado por mi abuelo hace 40 años cuando el patio era de tierra.
Cuando los albañiles comenzaron a poner piso en el patio, mi padre quedó en conseguir una sierra eléctrica para derribar al entonces pequeño árbol.No la consiguió en ese momento y los albañiles terminaron de colocar el piso construyendo una especie de cantero alrededor del estático vegetal.
El árbol brasileño fue bautizado por mi hermana Silvia con el nombre de HEDIOTO. Desconozco el origen de ese nombre; me suena a griego, a pesar de que el árbol es de sudamérica. Parece ser que esta especie es del corazón mismo del amazonas y que crece lentamente hasta los dos metros de altura nada mas,Es de copa semi redonda con unas manchas en el tallo en forma de ojos. Pero como si los ojos estuvieran parados. Viene de una zona donde existen plantas tropicales y algunas que sus frutos poseen efectos alucinógenos.
Este arbolito del patio jamás dio frutos que pudieran ser ingeridos.Florece en octubre y hacia fines de diciembre los pequeños frutos son del tamaño de una arbeja aunque de color más parecido a la uva.No están en racimos, sino dispersos como pequeñas naranjitas pero de color verde uva.
Mi abuelo trajo de Brasil dos pequeñas macetas con estas plantitas cuando recién habian comenzado a vivir.Una de las plantas se secó . La otra es ahora el àrbol del patio
En realidad mi abuelo se contactó con las macetas al bajar de una camioneta en la que viajaba de mochilero desde el sur de Brasil hasta Posadas.El conductor le pidió que por favor las llevara...Se las había olvidado un curandero brasileño que había viajado el día anterior en esa misma camioneta.
La pequeña planta se fue transformando ràpidamente en arbolito. Supo resistir los embates de agunos pelotazos y las meadas de dos perros.
Después sobrevivió a la construcción del piso.
Más tarde , fue objeto del amor de nuestro perro Purvis.Un dálmata negro que por accidente tuvo que ser castrado y quedó siempre con aspecto de cachorrón. Purvis nunca usó al árbol como baño.Nunca cazó nada tampoco.Pero hizo compañia a nuestra familia por doce años.
Los recuerdos que tengo del árbol HEDIOTO en mi infancia son difusos.Casi no lo recuerdo cuando medía menos de un metro.Si recuerdo el patio de tierra pero sin árbol.
Sin embargo , lo rememoro nítidamente en mi adolescencia .Una navidad le pusimos girnaldas y luces de colores.A pesar de que no es un pino,se parecía bastante a un àrbol navideño.En un invierno , a falta de nieve, mis hermanos lo disfrazaron de arbol nevado con retazos de algodón.
Muy pocas veces vi algún pajarito posado en HEDIOTO,
Las hormigas lo invadieron en más de una ocasión.Y el sol de enero lo castigó bastante durante estos cuarenta años.Sin embargo aún resiste y vive firme en el patio de una casa lejana a su lugar de origen. Durante 34 o 35 años , este vegetal no despertó en mí persona mayor interés que el que puede despertar un árbol en el fondo de una casa.
Pero desde hace un tiempo, la relación con el árbol ha ido cambiando.El árbol no conoce de relaciones, Supongo que no tiene consciencia.Su vida no transita por senderos de inteligencia , voluntad , pensamiento, etc. Desconoce el efecto que produce en los demás.No hay acto que HEDIOTO realice.En principio se podría afirmar que no hace nada.
Salvo transmitir y hacer que yo me esté volviendo loco. Incluso , el hecho de que yo me esté volviendo loco, podría no imputàrsele al árbol.Me vuelvo loco por deficiencias mías .El àrbol no tendría nada que ver.La locura mía vendría de lo que el vegetal transmite.Sospecho que dicha locura irá creciendo hasta el punto de perder la noción de que estoy loco...Despùés no me importará.Como sucede con todos los locos de remate.
El primero que se relacionó con el árbol supongo que fue nuestro manso perro Purvis. En uno de mis retornos a Tucumán jugùe bastante con el perro. En ese entonces Purvis tendría tres o cuatro años. Siempre tuvo un carácter juguetón, manso, simpático.Le lanzaba una pelota de tenis color verde para que él me la alcanzara y yo volviera a lanzarla y él volviera a traerla y así hacer esa rutina que a mi me aburría pero a Purvis parecia encantarle.Una variación le hicimos luego a este ritual. .En lugar de arrojar la pelota, yo la hacia deslizar rodando por el piso como en el juego de bochas.Purvis la seguia sin alcanzarla; la perseguía desde atrás y cuando la pelota se detenía , recién ahi la tomaba con su hocico y la traía hacia mi.
La pelota pasaba a la derecha o a la izquierda del arbolito del patio.Una vez por cada lado.A una velocidad de tortuga digamos.Siempre la misma rutina ,una y otra vez.
En uno de los pases de la pelota, a la izquierda del árbol, entre él arbol y la pared digamos, Purvis parecíó ver algo minúsculo , pequeño,Se volvió como buscando algo por el piso. Un insecto pensé. Algo muy chico.Yo no logré ver nada.
Cada tanto Purvis regresaba a ese lugar y daba vueltas en círculos como buscando un pequeño escarabajo, o un grillo , o algo. El juego con la pelotita perdió todo atractivo para Purvis, Y pronto se dedicó exclusivamente a buscar a su amigo invisible.
En los días siguientes comprobé que Purvis había adquirido o desarrollado la capacidad de dar marcha atrás.Al pasar por ese sector del patio, entre el arbol, y la pared que está a la izquierda del arbol, Purvis solia dar marcha atrás sobre sus pasos.Uno o dos pasos.Como buscando un lugar específico.
Noté que Purvis no olfateaba el piso como lo hacen los perros cuando buscan algo.Agudizan el olfato y parecen oler más rápidamente.Nuestra mascota no hacía nada de eso.Así que conjeturé que no buscaba a un pequeño insecto, Buscaba más bien una posición. Al encontrarla , después de retroceder y adelantarse varias veces, permanecía estático por largos ratos. A veces horas.En ocasiones se sentaba, pero sin perder la posición. Yo solía llamarlo ,Purvis acudía a mi llamado pero pronto volvía a su lugar a encontrar el punto exacto donde parecía transportarse a otra realidad.
A los ocho años de aquellos acontecimientos, Purvis enfermó de moquillo y murió.
Yo me olvidé de su estatica postura.En mi famila, me comentaron que con el tiempo, el perro comenzó a estar cada vez más tiempo en aquel sector del patio.Y a encontrar cada vez más ràpido el punto exacto que lo hacía quedar estàtico y ensimismando.
En otros de mis viajes a mi casa natal me sucedió lo que haría cambiar mi vida para siempre.Toda mi existencia daría un giro insospechado.Toda mi vida se replantearía. El sentido mismo de la permanencia en este mundo. Y todo eso ocurriría en el patio de casa,Muy cerca del árbol llamado HEDIOTO.
En Tucumán, en la capital de la provincia por lo menos, las siestas suelen ser muy calurosas.Con mi harmano Jorge salimos una de esas siestas a comprar bebidas frias y helado.Subimos a su auto y nos dirigimos hacia un supermercado,Al regresar en el auto ,no aguanté la tentación y abrí uno de los potes de helado .Un poco de helado de frutilla con bastante colorante manchó mi remera blanca. Al llegar a casa me cambié de ropa, Siguiendo consejos de mi madre fui a lavar la remera rápidamente, porque la mancha podía quedarse para siempre si no la sacaba pronto.Una vez lavada la remera fui al patio a colgarla. Unos alambres inoxidables atraviesan el patio a lo largo. Colguè la remera ya sin mancha y me dije a mí mismo que en 20 minutos estaría seca, con semejante calor.Un broche saltó y fue a parar al suelo.Me hagaché a recogerlo al lado del arbol y por un segundo ,o menos, escuché algo como un discurso de Adolf Hitler.
Esa noche volvimos a comprar helados y tuve la precaución de no ensuciarme.Nos fuimos a dormir muy tarde.Ya en la cama me acordé de mi remera colgada en la soga del patio, Ya estará seca pensé. Mañana me la pongo...Mejor sería recogerla ahora, para que no le dé el rocío de la noche...Esos pensamientos superfluos estaban en mi cabeza.
En la cama, recostado mirando el techo recordé el discurso de Hitler. Que cosa rara oir un discurso de Hitler.Pense entonces en ir a traer la remera y tratar de escuchar nuevamente un poco al dictador execrable. Se lo escucha en el patio pensé.
Descolgué la remera pero no escuché nada.Miré el cielo estrellado. Vi la vía làctea en el cielo tucumano, pero no escuché nada de nada.
Nuevamente en la cama, me invadió otro pensamiento. Algo revelador podría decirse. "Eso es lo que hacía Purvis en el patio..., escuchaba...." Sonreí en mi cama creo. La voz de Hitler debe estar sonando por abajo , me dije...por eso la escuché cuando me agaché a recoger el broche; la escuché mientras estaba abajo, en ese instante.
De un salto me levanté y fui al patio al lado de HEDIOTO a tratar de volver a escuchar la voz. "Purvis,... te descubrí", me oí decir...Arrodillado traté de escuchar pero no lograba oir ninguna voz.Se me ocurrió hacer lo que hacía el perro.Dar marcha atrás y adelantarme hasta lograr escuchar.
No hubo caso.Pensé que sería por el horario.Así que decidí volver a la cama a dormirme y dejar para otro día las escuchas misteriosas.
Nuevamente en la cama se me dió por volver otra vez al patio.La voz está en algún lado por abajo, cerca del árbol.Solamente tengo que encontrarla.Esas ideas circulaban en mi cabeza.Al llegar al patio traté de buscar nuevamente la posición que me diera la posibilidad de escuchar.Deduje que la voz estaba por ahí.Imaginé que era el árbol que transmitía esa voz. Pensé que transmitía como lo hacen las antenas.Otra vez arrodillado pude por fin oir algo.Primero difusamente.Luego, al acostumbrarse mi oído, pude darme cuenta lo que mis sentidos recibían,Un vals sonaba .Un vals de Chopin,Pero además pude detectar también una conversación entre dos sacerdotes; hablaban acerca de los preparativos de un casamiento.Escuché también el discurso de Hitler, una poesía leída en francés, un cantinero ofreciendo los últimos tragos de la noche, unos gemidos de mujer haciendo el amor, un alarido de dolor de un hombre al que le fracturaban un brazo y una sierra eléctrica cortando madera.Todo esto que describo lo escuché simultáneamente.Lo digo o lo cuento en forma sucesiva, pero yo lo escuché en forma simultánea, sin entorpecerse las varias voces. Mi mente parecíó abrirse al escuchar todo eso.Yo entendí perfectamente cada cosa que escuché.En la vida cotidina no puedo entender cuando dos personas están hablando al mismo tiempo.Pero arrodillado ahí al lado del árbol, pude entender con claridad todas y cada una de las cosas que oía al mismo tiempo.
Me incorporé y supe que eran reales las voces y la música que oía.Quise entonces agacharme una vez más para seguir escuchando.Esta vez oí lo mismo, mas otras cosas más:Los sacerdotes hablaban ahora de costos de los adornos.Supe que eran de una Iglesia de Mar del Plata, pero yo los oía en Tucumán. El vals seguía sonando.La poesía que se leía era otra.Escuché además unos ladridos de perros en Catamarca, un marinero ordenando recoger las redes en altamar, una peliicula del cine Florida proyectada en los años setenta en mi barrio en Tucumán,Me oí a mi mismo en una conversación con un profesor de matemáticas llamado Blasco en mi adolescencia.Oí a mi ex mujer hablarle a su amante acerca de mi poca pericia sexual,la oí burlarse; escuché olas del mar golpeando unas rocas; textos de Shaquespeare leídos por actores en un ensayo.Oí también el himno de Uruguay y escuché disparos de un arma .También escuché a una tía comentarle a mi madre que le quedaban algunos meses de vida.Oí una hinchada de futbol.
Me volví aterrado a la cama.Una sensación de miedo no permitió que me durmiera en toda la noche. Recién al amanecer, pude dormitar una o dos horas.
A la mañana regresé al patio y no quise escuchar.Pero deduje algunas cosas. El sonido parecía estar en un haz de luz imaginario.entre un punto del tallo del árbol y un alambre que sobresalía de la pared.El tallo tenía como unas manchas en forma de ojos, pero los ojos en posición vertical. Desde uno de esos ojos, a casi cincuenta centímetros del suelo, hasta la punta de un alambre que sobresalía de la pared, a setenta centímetros del piso, más o menos,se forma una línea imaginaria.Me lo grafiqué como un haz de luz, de un centímetro de diámetro y casi un metro y medio de largo, pero en lugar de haz de luz, haz de sonido...Desde el árbol hasta la pared se escuchaban voces y música. Pegadito al árbol se oían puras voces.Pegado a la pared, puras músicas.El el medio ambas cosas.Se podían escuchar, después lo supe, hasta treinta y seis sonidos simultáneamente.Al escuchar , podían entenderse perfectamente los treinta y seis sonidos sin que se interfirieran: Las voces y las músicas podían venir de cualquier lugar del mundo.Y hasta de cualquier tiempo presente o pasado. Nunca escuché sonidos del futuro.
Borges nos relata acerca del aleph. Este haz se parece un poco a aquel aleph .Pero en lugar de ver cosas en un punto donde confluyen todos los puntos, aquí se escuchan las cosas.
Cada tanto iba a escuchar.Siempre había algo interesante o revelador.Si eran voces en otro idioma se podía entender de todos modos lo que estaban diciendo , aún cuando yo no tuviera conocimiento de aquel idioma.La mente deducía o adivinaba el lugar de dónde venían las conversaciones como así también los protagonistas.Escuché creo , más de cuarenta idiomas.Pude volver a oír programas de radio del pasado.
Lo que no era del todo grato eran escuchar malas noticias. O enterarme de secretos que no tendría que haber oído.
Bramidos de una mula, trenes partiendo de una estación y conversaciones de personas parecen convivir en mis oídos. Una noche escuché una colección completa de una orquesta de tango.Otra noche oí una charla entre dos caciques planendo la paz para sus pueblos.
Escuché las confesiones de mi hija a su analista.No debí haberlas oído.
Escuché la planificacón de un robo a unas cajas de seguridad de un banco en Córdoba
Oí la comunicación de ballenas en las aguas de Puerto Madryn.
Escuché casi de todo.En 36 canales y simultáneamente...
Comenté lo sucedido: Pocos me creyeron.Casi nadie quiere perderse unos minutos hasta encontrar el haz de sonido y tirarse a escuchar.
Se que ahora iré perdiendo la razón de a poco.Los sonidos que transmite el árbol harán su trabajo y mi mente receptiva e imperfecta no podrá con tanta información,
Viajo a Tucumán cada vez más seguido para escuchar esas transmisiones.Me gasto todos mis ingresos en pasajes.Pronto , antes de perder la razón del todo, deberé mudarme en forma definitiva.
Busqué información acerca de antenas que transmiten.Antenas naturales, etc. De poco me sirvió la información obtenida.
Seguiré por lo pronto escuchando lo que el árbol me da....
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