Dar con la tristeza en el espejo,
ubicarse y reconocerse finito y con poco amparo.
Estar en el lugar más incómodo de la bisagra.
Ver cenizas sabiendo que hubo una fogata infernal.
Volver a percibir los cuerpos tal cual son
y no como la otra mirada los disfrazaba...
Ver al mago guardando sus trastos y dejando ver su engaño...
Nublarse el día; después , nublarse todo el mes...
Menos mal que te conozco y me conoces
y aún se produce el milagro de tu compañía...
Ese detalle borra la amargura como la boca de aquél tango.
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