Los Diaguitas, los
Juríes o Tonocotes, los Lules, los Quilmes y los Santos fueron los indígenas
que hacia el año 1500 habitaban el suelo tucumano.
1) Los Diaguitas también conocidos como calchaquíes,
habitaban el área de las sierras y valles del oeste del actual territorio
provincial . Son los que mas se estudian en la escuela primaria.
2) Los Juries o Tonocotés eran
de origen amazónico pero en épocas anteriores habían emigrado hacia el noroeste
argentino estableciéndose cerca de lo que hoy es la cuenca Tapia-Trancas y
también en territorio que hoy forma parte de Santiago del Estero. Este pueblo
se caracterizó por tener un estilo sedentario.
Sus habitantes realizaban
labores de agricultura caza pesca y también recolección. Estos indios solían
sembrar maíz , zapallo y porotos.
Eran por lo general buenos
pescadores. Tenían la costumbre de pescar con redes, también a lanzazos , en
ocasiones sumergidos en el agua con simplemente una soga en la cintura. Criaban
aves domésticas y ñandúes a los que denominaban suris, quizás conservando
alguna forma de hablar de su origen amazónico. Recolectaban alimentos como
tuna, mistol y raíces silvestres como la yuca.
3) Los Lules eran
básicamente cazadores y recolectores y por tanto nómadas, aunque también
cultivaron una gran variedad de plantas alimenticias como el maíz para
pochoclo, el zapallo, la papa, la quinoa.
Fueron reducidos primero por los jesuitas y luego por los franciscanos.
Lo que se dice, de mal en peor.
4) Los Quilmes, de origen Quichua,
ocuparon el territorio de la antigua provincia Inca, en la zona de los Valles
Calchaquíes. Estos indios se alzaron contra los conquistadores españoles,
episodio conocido como “las guerras calchaquíes”. Luego de
diversos enfrentamientos, el gobernador de Tucumán, Mercado y Villacorta
invadió el valle, reduciendo a los pueblos alzados que, diezmados por el hambre
y el aislamiento, fueron desarraigados de sus cerros, repartidos a los
españoles y trasladados a un escenario geográfico totalmente
opuesto. De aquellos aborígenes surge el actual equipo de fútbol de la ciudad
de Quilmes en la Provincia de Buenos Aires.
5) Por último, los
Santos fueron un pueblo aguerrido y de
fuerte carácter. Su temperamento y sus hazañas gloriosas fueron muy reconocidas por sus
pares. Cuando parecía que este pueblo decaía, a último momento volvía a
resurgir desde abajo.
Se caracterizaron
por participar de un juego aborigen quizás tomado de antaño del juego de pelota
mesoamericano de aztecas o mayas. Para resolver conflictos o pleitos por
tierras o cuestiones comerciales, dos grupos enfrentados de diez u once hombres solían trasladar una bola posiblemente hecha
de vejiga de algún camélido u otro animal grande por un campo llano y
rectangular de amplias dimensiones. El objetivo de este extraño juego era
introducir esa bola en un hueco. Otras veces, en lugar de hueco había una especia
de puerta abierta y allí había que introducir la bola. Con el correr de los
años solamente quedaría el marco de la puerta. Éste era de forma rectangular de
siete metros de largo por dos metros y cuarenta y cuatro centímetros de alto.
De éste último
pueblo indígena surge el actual equipo de San Martín de Tucumán.
Aquella bola o pelota fue evolucionando
con el tiempo. En época de la conquista española la bola estaba conformada de
hule macizo, su bote se debía a la vulcanización del hule, proceso resultante
de la mezcla de un 50 % de savia del árbol del hule con un
50 % del resultado de la molienda de la enredadera coya roldana cococha.
Tal mezcla consigue la consistencia perfecta para que la pelota tenga una
botabilidad propicia para el juego. Según los españoles, la pelota parecía tener un hechizo pues nunca habían visto un objeto que botara de esta
manera.
Siglos después los españoles se
llevarían a sus tierras varias de estas
bolas o pelotas.
Y no conforme con eso. Comenzarían a
llevarse además, a los hombres participante de este juego.
Hacia el 1500, Los Santos, entusiasmados por su gran
habilidad para este deporte, se abocaron a la construcción de un campo de
juego propio. Una verdadera fortaleza con peldaños alrededor del campo
para que su juego pudiera ser observado por los demás miembros de la civilización. Fue tanta la
convocatoria de los Santos cuando jugaban, que tuvieron que empezar a
cercar el campo de juego. El Cacique Mayor inauguró hacia el año 1512 una verdadera ciudadela con
el campo de juego adentro. El diseño final fue tomado de
una maqueta llevada por los Cirujs. Los Cirujs eran los seguidores de
los juegos de los Santos.
Su fervor y fidelidad en el
acompañamiento de sus deportistas fueron reconocidos ampliamente.
Hay que destacar que los Santos no
sólo triunfaron en su campo, aquella ciudadela, sino que también lo
hicieron fuera de su terruño en gloriosas epopeyas frente a rivales que
parecían más solventes. Siempre se recuerda una legendaria incursión cerca de
lo que hoy es el Río de la Plata frente a uno de los representantes de una
tribu de los tehuelches llamados bosteros. En aquella ocasión los Santos
arrasaron y humillaron al rival.
De los Santos de aquella ciudadela y de
sus seguidores los Cirujs es de donde realmente surge el club San Martín
de Tucumán. No tiene un origen divino como algunos fanáticos pretenden
atribuirle.
Otros hinchas actuales, aún mas
supersticiosos, sugieren falsamente que el origen se debe a la lisa y llana fundación de
un club social y deportivo un 2 de noviembre de 1909 con libro de actas y
esas cosas. Como si realmente se pudiera hacer nacer de la nada a un club tan grande como San
Martín por voluntad de un par de giles.
Esta superstición ha calado hondo en
el grueso de la masa y el poco poder de análisis de los cirujas actuales y
así como falsamente festejamos una navidad en una fecha arbitraria e inexistente y hasta
celebramos un inicio de año en una fecha que se le ocurrió a un emperador romano; del mismo modo llegamos a celebrar erróneamente
una inexistente fundación. Y celebramos con pitos y flautas un acontecimiento
falso.
Cuando por fin asumamos de dónde
venimos y aceptemos nuestra historia como tal, recién en ese momento podremos comenzar
a consolidarnos en primera división y a continuar escribiendo la verdadera
historia. Nuestra verdadera historia.
A qué hincha normal se le puede
ocurrir que un club tan grande y glorioso , tan amado pueda tener origen en un acto
burocrático. No señor...No nos engañemos. La grandeza no se decreta en un
acta. La gloria no se firma.
Seamos grandes de una vez por todas.
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